Una zona puede ser privilegiada por muchos motivos pero por si sola es un mirador a un Parque Natural tiene varios factores a su favor. Este es el caso de Fermoselle, que gracias a la Madre Naturaleza es un gran mirador (o balcón, como lo suelen llamar) a Los Arribes del Duero.
¿Y a qué se debe esto?
Porque la villa se enclava en una tortuosa topografía de peñascos, fallas y despeñaderos. Y gracias a estos desniveles se obtienen una de las mejores panorámicas de toda la zona.
No hace falta caminar mucho para poder obtener unas vistas perfectas de todo el entorno, ya que hay distribuidos por todo el casco y senderos distintos miradores, ya sean artificiales o naturales.
Uno de ellos es el Mirador del Castillo de Doña Urraca, que se encuentra en la parte más alta del peñón. Desde ahí se puede observar el laberinto de las calles del pueblo, la frontera natural por la que corren las aguas del río Duero y nuestro país vecino, Portugal.
Otro mirador, que a mí me encanta, es el Mirador de Las Escaleras (para este hay que caminar un poquito). Se encuentra en las afueras de la villa y está al lado de la Casita de los Carabineros. Desde ahí se puede observar Los Arribes del Duero en todo su esplendor, además de que es un sitio muy tranquilo donde puedes disfrutar de la naturaleza que te rodea.
Volviendo al casco urbano, nos encontramos serpenteando sus calles con el Mirador del Torrejón o Torojón (aunque siempre lo he conocido como el Torrejón). A este mirador hay que ir caminando sí o sí, porque no hay otra forma de acceder. Pero os lo recomiendo por sus vistas y sus atardeceres.
También, repartidos por el casco antiguo nos encontramos con los Miradores de las Peñas, los Barrancos o el del Terraplén.
Como ya os comenté al principio del post, Fermoselle es un gran mirador en sí, prueba de ellos son las espectaculares vistas que se pueden ver desde sus diferentes miradores señalizados o desde diferentes lugares estratégicos de la villa.
Como puede ser desde la Ronda, ahí podemos observar el río Duero pero también, nuestras peculiares casas colgadas.
Otro punto estratégico desde el cual se puede ver unos magníficos paisajes es desde la Ermita de Santa Cruz, que está situada a las afueras del pueblo dirección Portugal.
Por último y no por ello peor, os voy a hablar de varios Miradores para los que se necesita el coche para llegar. Como puede ser el majestuoso horizonte que se ve desde la Presa de Almendra o una parada que hay situada en la carretera dirección a la frontera con Portugal.
Vistas y paisajes con los que deleitarnos mientras nuestras pupilas se dilatan observando tanta belleza inmune al paso del tiempo.
Muy bonito, una villa digna de visitar!!
Me gustaLe gusta a 2 personas
Pingback: Motivos por los que Fermoselle debe ser el “Pueblo más bello de Castilla y León” | Las Historias del Mentirote